Mascarillas desechables, guantes y productos desinfectantes, que nos protegen de la propagación de la Covid-19, terminan en las calles, en los mares y en la naturaleza.
Después de más de un mes de confinamiento, las normalmente bulliciosas calles de Kalamata, una ciudad griega al suroeste de Atenas, tradicionalmente conocida por sus aceitunas, están en gran parte vacías.
Como en el resto de Grecia, los habitantes de la ciudad costera solo pueden salir en circunstancias estrictas, como hacer ejercicio durante un tiempo breve y comprar comestibles. Pero los guantes, las toallitas y los frascos de desinfectante desechados, que emplean las personas para protegerse y proteger a los demás, aparecen esparcidos en parques, aceras y carreteras.
Cortesía: https://forbes.co/
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